top of page
Buscar

Dame un punto de apoyo y moveré el mundo...

Las amistades y conversaciones mas profundas no son intencionadas, surgen naturalmente del corazón, no esperas nada a cambio, porque lo genuino no se condiciona solo se presenta. El otro día al llegar a la alberca me senté a un lado de Lucia, la conocí como entrenadora y se convirtió en mi amiga, conversamos antes de iniciar clase sobre salud, le compartí porqué había ingresado a clases de natación, por una parte habia sido derribar un miedo y por otra la mas preponderante los patrones de descuido en temas de salud en mi familia, los cuales no queria repetir. Lucía compartio su meta de tener una fundación que promueva la prevención de la obesidad infantil, que ella misma padeció obesidad infantil, y aún conservaba la rueda de la nutrición que le obsequió su primer Nutriologa. Hemos tenido otros momentos de aprendizaje en conjunto en la alberca, como el día que estaba granizando y se nos voló la cubierta, nos cuidamos y trabajamos en equipo para asegurar el área, al final todas nos reimos entre el viento y la lluvia; pero esta conversación nos brindó algo más.

La clase estaba por iniciar, pero me fui a nadar con su historia en mente. Me cuestioné mientras nadaba en posición de flecha el porqué hacemos lo que hacemos; conforme mis pensamientos fluían mi ritmo de natación lo hacía también. Estaba enfocada, conectada mente y cuerpo. Mis pensamientos no iban rápido, ni lento, estaban en la sintonía correcta para comprender que cada quien tiene un momento en el que se cuestiona sus porqué pero de este sigue un segundo momento en el que llega la paz de aceptar que la vida es un proceso y que él porque es solo el comienzo, el resto del camino es un regalo para ti, cada día estamos mejorando, y por más difícil que parezca solo hay que dar un primer salto, uno pequeño para iniciar y de ahí seguir haciéndolo, sin excusas, seguir dando pequeños pasos. Porque el primer salto siempre es el más difícil. Ese día mientras nadaba con un ritmo totalmente distinto al que cuando me inscribí a clases, me vinieron a la mente varias frases que en mi camino en el deporte me han compartido las personas que han estado a mi lado, entrenadores en su mayoría y atletas. No pude evitar pensar que de todos me llevo algo, un aprendizaje, como un tatuaje que llevaras permanentemente.

Lucia me decía cada vez que nadaba de crol agarra tu ritmo, ve agarrando ritmo. Y ahí estaba, agarrando ritmo en la alberca, pequeños pasos son progreso, habían pasado ya siete meses desde que ingresé a natación. Antes de hacer mi primer clavado sus palabras fueron, el primer salto siempre es el más difícil. Y estando en la alberca, pensaba en mi vida, mi profesión y como había dado innumerables saltos por primera vez. No antes de que Aron, otro entrenador, me dijera no tengas miedo salta si la alberca tiene 500 mts de profundidad no te vas hundir hasta abajo, vas a salir de nuevo, lo cual me hizo recordar mi miedo a caer y al fracaso, y cómo había podido levantarme tantas veces y esto incrementó mi resiliencia, mi confianza. Aron también me dijo después del primer salto, si ya lo hiciste una vez puedes otra, salta de nuevo. Lo hice, muy gracioso por cierto, el salto fue pésimo, pero bueno si no lo intento no lo puedo mejorar, saltar es ganar experiencia.

Mi amigo Cristian mariposista me sacó del área de confort acerca del miedo a nadar en lo hondo, me solía decir cada vez que intentaba flotar, encuentra tu espacio de calma, cada vez que estés en el agua ve ahi, es su mantra y le agradezco por compartirlo conmigo. Cuando salte por primera vez en la alberca platicamos de como me había sentido después de esto, le hice saber cada movimiento y cómo di dos brinquitos pequeños como los que doy en mi calentamiento antes de correr, justo en el momento antes de lanzarme al agua, me comento ese movimiento ya lo tienes identificado, indica que tu cerebro ya está programado para hacer algo importante, lo reconoce. Te das cuenta de que tu cerebro estaba listo para dar el salto porque hiciste el mismo movimiento que antes de correr, solo para poner en contexto mi ejercicio preponderante es correr y fue como me incursione en el deporte.
La natación me ha enseñado que no debe darme miedo caer o saltar; pues es parte del proceso y después de hacerlo puedo recuperarme, salir a respirar y avanzar de nuevo. He aprendido que la natación está muy ligada a las emociones, te puede ayudar a identificar cada parte de tu cuerpo, si hay alguna tensión, el porqué está ahí y soltarla, fluir. Al finalizar la clase nos tomamos una fotografía, estaban conmigo las tres personas que hay detrás de mi pequeño avance en natación, porque todo esto es un proceso que planeo disfrutar al máximo. Lucia no pudo evitar mencionar algo que se me hizo muy profundo, dijo - imagínate si todos nos tomáramos una fotografía con todas las personas que hay detrás de nosotros- fue un momento de mucha humildad el que vislumbre en sus ojos, agradecimiento por todas las personas que han contribuido a que ella sea la persona que es, y sin duda es una persona maravillosa y eso me hizo agradecer aún más por todas las personas que han contribuido a que yo sea quien soy.

Todavía tengo miedo, pero es mayor mi agradecimiento por las personas que he encontrado en este camino, estoy agradecida por mi círculo de soporte. Bien dijo Arquímedes de Siracusa: dame un punto de apoyo y moveré el mundo. ́ ́ Agradezco a todos y cada uno de mis entrenadores de pesas, natación, correr, a la master que me enseñó a comer y medirme (adiós a los mitos de las dietas y el comparar nuestro proceso con el de los demás), todos son mis maestros… caí en cuenta gracias a estas personas que nuestro porque somos nosotros mismos, despertaron en mi la curiosidad y el amor por un estilo de vida saludable.

Cada día voy mejorando más mi relación conmigo misma…

 
 
 

Comentarios


Elevate - Original.png
  • Facebook
  • Instagram
bottom of page