Hoy quiero compartir un mensaje profundo, lleno de intención: cómo las historias que nos contamos pueden elevarnos o paralizarnos. Pueden transformarnos o estancarnos. La vida es una constante toma de decisiones: soltar y ser vulnerables, o pelear batallas de por vida; sobrevivir o vivir con intención.
¿Cómo saber en qué extremo estamos? Observando desde el corazón. ¿Cómo darme cuenta si mis pasos me guían hacia una realidad más plena? Eligiendo un camino desde la verdad, con intención.
¿Alguna vez leíste el hermoso poema de Robert Frost "El camino no elegido"? Dice así:
Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo,
Y apenado por no poder tomar los dos,
Siendo un viajero solo, largo tiempo estuve de pie,
Mirando uno de ellos tan lejos como pude,
Hasta donde se perdía en la espesura. Entonces tomé el otro, imparcialmente,
Y habiendo tenido quizás la elección acertada,
Pues era tupido y requería uso;
Aunque en cuanto a lo que vi allí,
Hubiera elegido cualquiera de los dos.
Y ambos esa mañana yacían igualmente,
¡Oh, había guardado aquel primero para otro día!
Aun sabiendo el modo en que las cosas siguen adelante,
Este poema es una bella metáfora sobre cómo las decisiones que tomamos forjan nuestro camino, y sobre la valentía que implica elegir el camino menos transitado. En ese camino está la verdad. Lo que no se oculta. Lo real. Lo que despierta.
Podemos contarnos que todo irá mal, que no funcionará, que es más cómodo donde estamos. O podemos tener la osadía de dar un salto de fe. De preguntarnos: ¿Y si sí? ¿Y si este es el camino? Simplemente porque lo sentimos.
Elegir confiar puede ser uno de los mayores retos que enfrentamos hoy. Pero también puede ser uno de los actos más grandes de amor: Confiar en que todo estará bien. Confiar en que, pase lo que pase, siempre estamos aprendiendo algo que nos ayuda a crecer. Confiar en que hay algo bueno del otro lado.
Sí, incluso en una sociedad que insiste en lo contrario. En una sociedad que nos dice que el mundo es un lugar hostil, que debemos mantenernos seguros, que “estamos bien” si no nos movemos.
Una sociedad que, a un clic de distancia, nos muestra un mundo oscuro y superficial. Una sociedad que desayuna, come y cena noticias, vanidad, o mensajes que aseguran que los sueños son cosa de locos.
En esa sociedad, yo elijo formar parte de la locura. La locura de tener opción. De elegir lo que amo, lo que me ama. De ver la bondad, la gentileza, la esperanza en los ojos de cada persona que cruza la calle. El amor y la divinidad de sus almas.
También elijo observar la majestuosidad del ave que cruza los cielos, la fortaleza de la montaña, el poder del mar, y la capacidad de adaptarse del agua. Elijo inspirarme en las personas que se atreven a elegir sus sueños. Y conectada con todo ello, elijo emprender el camino de mi verdad: con fe, con esperanza y con el corazón entero.
Elijo transitar el camino menos transitado. Y así, de vuelta a las historias que nos contamos... elijo la historia que no paraliza. Elijo recorrer el mundo desde todos mis sentidos, emprender un viaje que me lleve a comprender el amor más allá mí misma, o de mis seres cercanos.
Por último, para no perder la costumbre, te dejo una hermosa pieza de FACESOUL titulada Grow. En esta canción, FACESOUL nos invita a una profunda reflexión sobre el crecimiento personal, la resiliencia y el valor de abrazar el proceso de transformación interna, incluso en medio de la incertidumbre. Nos recuerda la importancia de tener fe en el camino, incluso cuando no conocemos el destino final. Cuando estés listo (a), escucha dando clic AQUÍ.
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