Subir la montaña, escribir la historia, vivir con intención
- Maria Conde
- 10 may
- 4 Min. de lectura
Querido lector:
Los últimos días he estado pensando en cómo transmitirte la experiencia neoyorquina. Los lugares, las personas, los parques y los espacios ideales para la escritura que he logrado conocer durante este viaje. Llegué a la conclusión de que no existen palabras perfectas que puedan describir la travesía llena de intención que representa este proceso creativo y de crecimiento personal.
Experimentar el alejarnos del entorno conocido y permitirnos ser abrazados por el enorme mundo que existe más allá de lo cotidiano… Las vivencias que emergen en este proceso son un regalo, una bendición y, también, un manifiesto para quienes se atreven a dar saltos de fe.
Mientras escribo este artículo, tengo una cámara a mi lado, mi amiga Felicia está en mis piernas y, como ya es ritual, un café me acompaña en la mesa de herradura de The Hungarian Pastry Shop. Estoy por salir a caminar al Hudson River. Intentaré fotografiar algunas aves, como cada mañana. No, he logrado ver el sol al amanecer como en mi maravillosa ciudad, sin embargo, su luz me despierta todos los días desde la ventana —muy al estilo neoyorquino— de mi recámara. He apagado todas mis alarmas para permitir que mi ritmo circadiano me despierte de forma natural, ha sido una manera llena de paz de despertar.
En el lado este de la ciudad no es posible ver salir el sol, aunque encontré un lugar en el Upper West desde el cual, posiblemente, tenga un avistamiento poderoso por la mañana. Tengo planeado acudir en los próximos días; estoy a la espera de un mejor clima. No será un esfuerzo levantarme un poco más temprano, dado que es uno de mis hábitos más amados.
Volviendo a las vivencias en Nueva York… La semana pasada estuve en el Lincoln Center, en la sala de conciertos, disfrutando de un Cello Concerto dirigido por Simone Young, del cual te platicaré en mi próximo artículo. Fue una de las experiencias más exquisitas que he presenciado. Los pensamientos, las emociones y sensaciones corporales que experimenté fueron una dosis de amor para el alma.
Sin embargo, hoy quiero compartirte la experiencia que me llenó el corazón el pasado martes —el plato fuerte de este artículo—: la presentación del libro My Name Is Emilia del Valle de Isabel Allende, en The Symphony Space. La presencia de Isabel es, sin duda, la de una mujer que se conduce por la vida con intención. Y en este blog, la intención lo es todo.
Uno de los momentos que se quedaron conmigo fue cuando compartió una experiencia personal: cómo su padre, en algún momento, le dijo una frase que marcaría su vida: "Otros tienen más miedo que tú". Cada vez que está por emprender algo que le genera temor, se repite estas seis palabras para elevarse y trascenderlo.
Además, cuando le preguntaron qué libro recomendaría, respondió con seguridad y sentido del humor: — Sería estúpida si no recomendara el mío. Lee este —refiriéndose al libro que presentaba esa noche. Otra lección sobre la importancia de, con determinación, creer y elevar nuestros proyectos.
Isabel es considerada una de las mejores escritoras de Latinoamérica, y una inspiración para mujeres como esta servidora, que incursionamos en el maravilloso mundo de la escritura.
Otro instante que me inspiró fue cuando habló de congruencia. Le preguntaron si había leído un libro como Cincuenta sombras de Grey, a lo que respondió: —No lo haría. Es un libro que habla de masoquismo. Mi mensaje es el crecimiento de la mujer. Tengo fundaciones que se dedican a asistir a mujeres y niños contra el maltrato. Sería incongruente que promoviera ese tipo de mensaje.—
Pude rescatar de ese momento un valor con el que me sentí profundamente alineada: el impacto. Uno de mis proyectos más ambiciosos es generar impacto en comunidades vulnerables a través de la escritura.
Las escritoras y los escritores somos personas que contamos historias, inspirándonos en la vida misma para hacerlo. En todas partes hay una historia. En este blog, de forma sutil y otras veces con detalle, te comparto cuál es la mía: de dónde vengo, y cómo, a través de las palabras, deseo honrar a todas las personas que he encontrado en este camino. He tenido muchos maestros. Me mantengo abierta y en constante aprendizaje. No olvido a cada uno de ellos: están conmigo en cada palabra, en cada artículo, en cada segundo de este viaje. Algunos ya no están en esta realidad, otros día con día buscan mejorar la calidad de sus vidas en zonas con desafíos sociales y educativos.
A todos ellos quiero dejarles un mensaje: su lucha es una inspiración. La forma en que enfrentan los días, la dignidad con la que surfean las olas de la vida, y la esperanza que ha habitado —a veces silenciosa, pero firme— en cada uno de sus corazones, me conmueve profundamente. Son ellos, con sus historias anónimas pero poderosas, quienes me recuerdan por qué escribo. Porque cada palabra puede ser un puente, una semilla, una luz. Porque creo que la educación y la expresión tienen el poder de transformar incluso los contextos más adversos.
Para no perder la costumbre, quiero dejarte una canción que se titula "The Mountain Is You", de Chance Peña. El título está inspirado en el libro homónimo The Mountain Is You, de Brianna Wiest. En la canción, la “montaña” representa los obstáculos que uno mismo ha construido: miedos, dudas, traumas o viejos patrones. En lugar de ver la montaña como algo externo, sugiere que el reto a superar está dentro de uno mismo.
Chance canta con vulnerabilidad sobre lo difícil que es enfrentarse a esas partes internas, pero también reconoce que solo al atravesar esa “montaña” es posible transformarse.
Cuando estés listo para escucharla, haz clic AQUÍ.
Me despido por hoy.
Tu escritora,
María Conde
Wuooo! Sin duda las cosas llegan en su momento. Haz crecido muchísimo, muchas felicidades y gracias por compartir tus experiencias de vida, son realmente inspiradoras! 🥰